EL VATICANO SE INCORPORA A LA NORMATIVA INTERNACIONAL
CONTRA LA CORRUPCION Y
EL CRIMEN ORGANIZADO.
Por Carlos Álvarez Cozzi, Catedrático universitario de Derecho y Ex
Experto de Naciones Unidas contra la
Droga y el Delito.
Por “Motu
Propio” de 11 de julio de 2013 emitido por el Santo Padre Francisco, el
Vaticano adhirió a la normativa convencional contra la corrupción y el lavado
de activos además de aprobar normas en materia de Derecho Penal interno y de
Derecho Procesal Penal Internacional, que hablan muy bien de la Santa Sede.
Comienza
exponiendo que “en nuestro tiempo, el bien común está cada vez más amenazado
por la delincuencia organizada y transnacional, el uso indebido de las
condiciones económicas y del mercado, así como del terrorismo. Por tanto, es
necesario que la comunidad internacional adopte instrumentos jurídicos
adecuados que permitan prevenir y combatir la criminalidad, favoreciendo la
cooperación judicial internacional en materia penal”.
En efecto,
adhiere el Vaticano a la
Convención de Naciones Unidas de 1988 sobre Estupefacientes y
Sustancias Sicotrópicas, a la
Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia
Organizada Transnacional de 2000 y a la Convención
Internacional contra el Terrorismo de 1999, entre otras. Las
tres son constitutivas del combate internacional contra el crimen organizado
trasnacional, como el narcotráfico, el lavado de activos y la financiación del
terrorismo. ( “La asistencia penal y la extradición en los delitos de
narcotráfico y lavado de activos”,pág. 9, del autor, Ediciones del Foro, Uruguay,
2001). Asimismo se suma a los instrumentos internacionales contra la
corrupción.
Dichos
tratados prevén normas de asistencia penal internacional y extradición,
eficaces y modernas, que han permitido a la comunidad internacional dar
respuesta a la creciente criminalidad organizada, que mueve sumas
multimillonarias de activos, incluso mayores que el presupuesto de varios
Estados. Como es sabido el crimen organizado infecta a las personas, las
economías y las sociedades, por lo que su combate es un imperativo moral de
bien común de la sociedad de las Naciones. Entre las medidas de asistencia
destacan la actualización de las normas sobre confiscación, el bloqueo
preventivo de bienes, la reformulación de la normativa sobre asistencia penal
internacional con la adopción de las convencionales de los tratados arriba
citados.
También adhiere
en lo atinente a los crímenes de lesa humanidad, el genocidio y otros crímenes,
conforme a lo previsto por el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.
En materia
de Derecho Penal interno elimina la pena de muerte en la línea de la más
moderna doctrina social de la
Iglesia , y prevé la responsabilidad administrativa de las
personas jurídicas. A la vez amplía el ámbito de aplicación de las normas
contenidas en las leyes penales también a los miembros y empleados de los
distintos organismos de la Curia Romana ,
las instituciones vinculadas a la misma, los organismos dependientes de la
Santa Sede y las personas jurídicas
canónicas, así como los legados pontificios y el personal diplomático de la Santa Sede.
Cabe
destacar que con estas medidas el Estado Vaticano se pone al día con la
normativa convencional ya ratificada por muchos Estados, a fin de prevenir y
reprimir la delincuencia organizada trasnacional, que no mide límites a la hora
de operar, evitando así la tentación de las mafias organizadas de “utilizar” al
peculiar Estado Vaticano para su accionar, perjudicando así a la Iglesia Católica Apostólica
Romana.
Bueno
sería, que los críticos de siempre de la Iglesia , reconocieran la ejemplaridad de las
medidas dispuestas por el Santo Padre Francisco a solo 100 días de asumir su
Pontificado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario